viernes, 17 de marzo de 2017

Una Vida Sin Vida

Por Sofia Medina Urrego

La última vez que lo vi estaba sentado en su silla favorita , con una copa de ron en una mano y un cigarrillo en la otra , con los ojos cerrados disfrutando de un buen jazz de los años 70. No se movía hasta que mi abuela lo llamaba para comer o para que le ayudara a abrir una lata que ella misma no podía abrir, se quedaban hablando sobre todo y sobre nada, sobre tantas cosas que el tiempo desaparecía y solo quedaban ellos dos. Él la amaba.
Nadie se esperaba lo que pasó , esa horrible tarde de domingo , a las 11:47 exactamente ,mientras mi abuela iba al mercado campesino , pues ella estaba convencida que los productos eran más frescos y sabrosos , un caballo desbocado que nadie pudo parar la golpeó haciéndola caer y golpearse en la cabeza.
Muchos empleados del mercado intentaron reanimarla mientras la ambulancia llegaba , pero para cuando esta llegó ya era tarde.

Cuando recibimos la llamada, mamá quedó destrozada, yo intentaba calmarla pero no tuve éxito visto que no fui capaz de calmarme ni siquiera a mí misma, intentamos llamar al abuelo para darle la noticia, pero nunca respondió el teléfono ni las cartas que le enviamos, supusimos que ya lo habían informado y que no quería vernos así que decidimos esperar al día del funeral. Pero ese día tampoco apareció , lo llamamos innumerables veces , le escribimos innumerables cartas y nunca contesto así que decidimos ir a su casa pues ya estábamos preocupados  , pero al llegar a su casa nadie respondía a la puerta por lo que después de esperar un rato me metí por la ventana de la cocina que solían dejar abierta para que el humo de la cocina no se acumulara cada vez que cocinaban , al entrar le abrí la puerta al resto de mi familia , recuerdo que lo primero que vi fueron los platos perfectamente lavados y acomodados en el lavaplatos , registramos la casa pero mi abuelo no estaba , ni él ni su ropa, en su lugar había una simple nota en su cama , con 30 palabras que no se salen de mi mente :“ la vida sin amor no es vida por eso iré a sobrellevar esta tragedia a otro lugar donde todo no me recuerde a mi amor , a mi vida .   Lo siento “. Han pasado ya tres años desde aquello y seguimos sin saber nada de él, mi madre ya perdió la esperanza pero yo ….yo aún guardo la esperanza de volver a verlo.

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