viernes, 17 de marzo de 2017

Nudo en la Garganta

Por Yeison Alberto Piedrahita Perez

Él se negaba a llorar, no quería que sus lágrimas dieran cuenta de su tristeza. Ni en público ni en soledad, no llorar, como una promesa, como un principio de vida resistir el nudo en la garganta. Si alguna lagrima insolente pretendía salir, él se estremecía con todas sus fuerzas, cortando su avance y obligándole a volver a su interior. Lagrimas procedentes de decepciones, desamores, fracasos, injusticias, confusiones y nostalgias profundas, una a una fueron devueltas, una a una se acumularon en su interior… y allí en lo profundo de su ser se hallaba, flotando sobre aquel mar de lágrimas, el cadáver del alma de aquel desventurado hombre, condenado por siempre a la desdicha. 

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