jueves, 16 de marzo de 2017

Respuesta

Por Hernan Mauricio Marin

El príncipe había cumplido su mayoría de edad. Sus intereses estaban cambiando, ya no era el niño que pasaba los días jugando en el jardín asombrándose con la caída de las hojas, sentía una imperiosa necesidad por declararle su amor a la princesa que lo desvelaba en las noches.
-¿Me amas?  -pregunto la princesa.
-Te amé ayer, te amo hoy y le pido a los dioses que me permitan despertar mañana para seguirte amando  -respondió el príncipe con su vida como testigo.
-¿Por qué se enamoran los humanos?  -pregunto de nuevo la inquieta princesa.
La angustia se apodero del joven enamorado, poseía una vasta formación en matemáticas, astronomía, geografía, historia, etc. Para esa pregunta no tenía respuesta, buscó  desesperado por valles, montañas y ríos; preguntando a  sabios, peregrinos y campesinos. Hasta que entendió por qué y para qué se enamoran los seres humanos.

El príncipe se convirtió en el hombre más sabio del reino y no volvió a ver a la princesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario