viernes, 17 de marzo de 2017

Para Este Año

Por Jorge Alberto Pena Lopera

Comenzando este año me había propuesto con toda determinación, sin más rodeos, empezar a sentir con profundidad las cosas que veo. Les comente a algunos buenos amigos, mis firmes intenciones; unos se rieron, otros me miraron curiosos para después preguntarme que me había fumado, y alguno me dijo con ternura fraternal que me propusiera ir al gimnasio o empezar clases de inglés o música como todo el mundo.

Mi decisión ya estaba tomada, no había vuelta atrás. La idea se me metió, cuando en uno de esos laaargos días, donde me he levantado con el firme propósito de aprovechar al máximo el tiempo, y a la una de la tarde, no había hecho nada naturalmente. Ya entregada la mañana al sano, y mal entendido ocio, busque una película; recuerdo que el protagonista era el mismo de “Gladiador.” La verdad, es que no recuerdo bien el argumento, creo que el hombre enloquecía, o algo así, no va al caso. Lo que recuerdo con claridad, es que en un momento dado este personaje, que era un gran científico, empieza a ver números, formulas, vectores, ¡cantidad de cosas!; y estas abstracciones hacían que el mundo cobrara un verdadero sentido. Lo vi claro, el mundo tenía toda la inspiración necesaria si yo tenía la visión adecuada. El arte nace cuando las personas pueden equilibrar la razón y la imaginación. ¡Era obvio! Que atormentado viviría un verdadero músico si no encontrara melodías varias en toda la congestión moderna; ¡aaah! Y esos fotógrafos y cineastas, la cantidad de planos en cualquier árbol o torre de telecomunicaciones, y los innumerables papeles interpretados, por el señor que pide casi de rodillas un crédito que no necesitan, o los vendedores de diversos servicios u oportunidades inútiles e incansables religiosos puerta a puerta. Todo lo sublime en esas cosas cotidianas, ¡Cuánta magia oculta, avanti!

Ya había empezado a notar algunos estímulos tremendos, cuando, de repente, me encontré con un inconveniente. Estaba ya avanzando en mi meta, pero, todas esas palabras e historias deplorables que siempre están dándole vueltas a todo y salen hasta de una piedra, me confunden bastante, me desconcentran. Me esforzado mucho por callarlas, pero siempre vuelven. Desesperado ya, opte por empezar a escribirlas a ver si me deshago de ese lastre sin sentido, y eme aquí. Espero que esto funcione, empiezo a preocuparme. Si no logro esto, tal vez nunca llegue a ver patente el alma de las cosas, y me sea muy ajeno ese ojo de artista que tanto quiero, y que me he propuse para este año. (Vividor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario