Como una saeta surco las
nubes, dando giros y piruetas, su extraordinaria armadura “JC” lo hacía volar, los
propulsores en su espalda como un halcón le permitían maniobrar: tocaba el agua
con sus manos, tan al borde del mar y secaba las gotas en el verdor de la llanura,
toda una odisea, una aventura, atravesó arcoíris y cascadas, acompaño en su
migratorio vuelo a un millar de bandadas, recorrió la magna y hermosa tierra,
en sus despliegues nocturnos.
Pero aun estando tan arriba
no era lo suficiente arriba, entonces acompañado de la luna cruzo la última
frontera y curvándose la tierra en sus ojos oscuros hizo un alto en la capa
etérea, ¿una falla? o ¿combustible?, no, ahora debo despertar y con el corazón
aun extasiado regreso a su vida singular, no sin antes anotar sus horas en la
bitácora de vuelo y en garabateadas letras rojas -el espacio hay que explorar-.
La siguiente noche será.
Me parece muy bueno.
ResponderEliminarMuy bueno, mucha imaginación en un contexto real
ResponderEliminarExcelente Cristian
ResponderEliminarme gustaa muchoo...
ResponderEliminarme gustaa muchoo...
ResponderEliminarExcelente trabajo!
ResponderEliminarmuy bueno... lástima que tuvo que despertar
ResponderEliminarcomo cuando sueñas y no quieres despertar...
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