viernes, 17 de marzo de 2017

Cuento sin título

Por Ricardo Bautista Solano

La luminosidad tenue del día es adornada por un arcoíris que se proyecta desde el concreto atosigado de la ciudad a un “morro” que inspira solaz y añoranza de antaño. 

Al atisbar la tierra desnuda, el verde majestuoso del jardín colindante (otrora invisible por el “trajín” del día a día), se hizo presente el tufillo de la cotidianidad –porque nuestros escenarios habituales tienen olores, sabores, colores, texturas y otras cosas más que olvidamos en el continuo “ajetreo”-

La música continúa su viaje entre las notas suaves de la magia de Bebo Valdés y la voz afónica de Diego “El Cigala”….- Lágrimas Negras-…

Lo magnífico del momento se ve afectado sólo por el olor a cemento húmedo.

En algunos momentos vivimos sin un motivo –excepto respirar-.

Las pasiones, lo intrascendente, los gustos, las causas, los rediseños, las maneras de ser y los etcéteras de lo simple de la vida parece han envejecido y caminan a un ritmo sin compás del nuestro; se vislumbran lejanos.

Comienza a anochecer – en éste estar ahí sin afanes ha pasado el tiempo – quisiera fuera eterno. Amo este “estaísmo ahístico”.

Aunque suene extraño – vivir intensamente es no hacer más que respirar… sólo que es hacerlo de forma consciente -.

Es recuperar del abandono al hippie que de forma irrazonable grita a nuestros argumentos: 

   ¡He dicho que no moriré!
   ¡Ea! ¿Tengo que darle más explicaciones?
   ¡Ea! Olvidó ser “Ser Vivo”
  ¡Ea! Olvide sus elucubraciones “eximias” … Piense “sin pensar” en esos hilos invisibles que gobiernan nuestro quehacer diario...
   ¡no piense!
   ¡tome acción!
   ¡Viva! … y hágalo intensamente!”

Hoy salí a caminar sin rumbo y encontré un relato para mí, que al enfrentar mis silencios me condujo a una zona incómoda, que reveló a un hombre en abandono, lloré el con dolor esa partida y aún más el reencuentro con un ser agónico (yo mismo)…“nosce te ipsum” *… tan viejo y tan nuevo … me hace merecedor de un secreto… aprender a desaprender en excelencia.

Yo hoy lloro lágrimas negras y tiernas que acarician mi rostro y besan mi espíritu… este no es un cuento simple, es un simple cuento que nace de mí para mí, que de forma circular y ascendente me compromete a rescatar lo muerto de mí mismo, a soñar, a no dolerme con el extravío de mí mismo

------------ * Conócete a ti mismo


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