Voy caminando por
sombras y luces que son proyectadas por mi mente. La realidad es algo que está
en mi cabeza reflejado a quien conmigo interactúa, ese otro yo que me cuenta
susurros al oído ha hablado con él. Con esa proyección que me es desconocida,
pero que de manera extraña creo conocer; ese espejo viejo, como con manchas que
salen por la edad, me acompaña mientras me prepara para atender a mis
pacientes, particularmente uno, extraordinario ante los ojos del Dios de la
ciencia. Hoy es nuestro 92 día viéndonos y veo mejorías, - Doctor, me susurra
al oído, que hermoso día, que fanático momento que ni el éxtasis entiende, -
¿Por qué no puedo escuchar esa conversación? – como si estuviera y no
estuviera, como si el Dios de la ciencia me castrara de la humanidad fértil,
otro día, otro segundo; - sigo aquí como si fuera el primer momento en que te
vine a visitar después de ese suceso descontrolado. Papá e hijo, todo parece
igual, el doctor me dice que el reconocimiento por su actividad neuronal
proyectada en el espejo de la vida se desvanece, como ese tenue sonido de los
gritos del silencio: Que hermoso espejo que alguna vez aprecié; - la imagen de
esa otra persona desconocida pero conocida- Odio esas proyecciones forzadas porque
aparecen y me fecundan en la humanidad real, esos sonidos tan desconcertantes,
pero conocidos sacuden mi claridad, tratándome de mostrar un camino que hace
rato perdí. - Lo que me sorprende es su energía y revitalización, lástima que
no está en la realidad, en esta de muchas. Oh genial locura permitida por el
Dios de la ciencia, 92 días sin él y con él, pero como la raíz del árbol soy su
soporte hasta que la irrealidad se vuelva realidad, los gritos del silencio ya
vacío. - ¿Cómo lo vio hoy? -, como
siempre en su espejo desgastado, perdido en su interior, como a la espera de
señales, con una inteligente locura asomándose hasta eclipsar pronto esa
irrealidad. 92 días han pasado y es como la primera vez. - Lo lamento fue un
colega excepcional, un padre incomparable y un hijo sin igual. - Salgo de esa
locura donde caen todos aquellos sin luz en sus ojos, como pedazos de una
civilización avanzada a los cuales ya olvidaron y solo pienso en esa frase de
Dante al entrar , “Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se
va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada, yo fui creado por
el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor y no hubo nada que
existiera”.
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