Por Carmen Lidia Borges Hernandez
Érase una vez una chica que quería ganar un concurso de cuentos. Nuestra protagonista era tan literal como los entrecruzamientos de sus pestañas, y como no sabía sobre qué escribir, escribió sobre el propio cuento.
La chica presentó su historia al concurso con la esperanza de ganarlo, vivir feliz y comer perdiz. Pero lo cierto es que tú, que estás leyendo esto, eres quien decide el final.
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