Por Juan David Salas Camargo
Era 1867, Bogotá, época de las contradicciones y la
violencia. ¿Cuándo Colombia ha dejado de ser un país violento? Se pregunta el
pueblo. Y esta es una historia de
tantas, uno de tantos casos particulares, en los que Colombia intento por un día
dejar la Violencia. Nos referimos a la creación de la Universidad Nacional de
Colombia. Haya en el año 1867 mediante la ley 66. Momento crucial para la
Historia de Colombia. Pues a partir de esta fecha, se dividió el pasado y la
modernidad. Se aceptaron las ideas extranjeras, se empezó a deslumbrar la
salida de la tradición, en la prensa y los medios, se habló del inicio del
progreso, se pensó que Colombia entraría en una época nueva, pues la
Universidad era sinónimo de modernidad.
Y que equivocados estaban pues en poco tiempo el humo de los
fusiles, de los saqueos, el replicar de las campanas, ensombreció la identidad
de la universidad nacional poco a poco se fue nublando el nombre de la
universidad, poco a poco se fue configurando una nueva etapa. Nuevos profesores
entre los que esta Miguel Antonio Caro, buscaron la formación de un grupo católico
de pensamiento radical, se pensó en convertir a los estudiantes en Monjes y en
darle cátedras de latín, la tradición como una “mala hierba” se tomó la
institución y en poco tiempo, siendo 1886, el año de la nueva constitución, la
universidad quedo en el vacío momentáneo, sus aulas dejaron de servir a la
innovación, sus aulas dejaron de escuchar a los ilustrados, los dedos
suplicantes de sus estudiantes solo atinaban a escribir una cosa “que bello fue pensarse la universidad” y aun
hoy dicen los que saben, que la Universidad no ha salido de su estado de idea, pues aunque exista como espacio físico… sus
influencias han sido muy efímeras y en sus aires aún se respira el tradicional
“individualismo” el tradicional “conservadurismo”, aun hoy la universidad no es
una realidad. Mucho peor a su alrededor se han construido muros y en sus
entradas se han puesto requisitos de entrada, parece que la Universidad vuelve
a una época negra en que se vuelve un lugar para formar técnicos preocupados
por formular y no profesionales preocupados por la sociedad. Parece que nuestra
Universidad también es una de tantas contradicciones.
Està muy bueno, es bastante interesante, la forma en que se intentan resumir tantos contextos. Sì el concurso dejara envìar mas de una hoja, de seguro este cuento serìa ganador
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