V Concurso de Cuento Corto U.N. en la Web
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Puesto y categoría
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Cuento
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Autor
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Primero puesto:
temática libre
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Luz Ángela Zapata Osorio
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Segundo puesto: temática libre
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Edison David Ramírez Serna
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Tercer puesto:
temática libre
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Juan Carlos Restrepo Gómez
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Conmemoración Sesquicentenario U.N.
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Juan Carl Dávila Betancurth
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Ganador cuento: categoría Idiomas
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Juan Vásquez
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Ganador cuento con más comentado en redes
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Marcos José Gómez Santoya
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Ganador cuento Más comentado en redes
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Oscar David Rojas
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martes, 24 de marzo de 2020
Ganadores V Concurso de Cuento Corto U.N. en la Web
jueves, 23 de marzo de 2017
V CONCURSO DE CUENTO CORTO U.N. EN LA WEB
¡150 años de historias!
Este es el espacio creado para la publicación de los cuentos del V Concurso de Cuento Corto en la Web, que organiza la Universidad Nacional de Colombia -Sede Medellín.
En este blog se plasma el talento que tiene la comunidad universitaria a través de la palabra escrita.
Se premiarán los 3 mejores cuentos en la temática libre, que serán elegidos por un jurado calificado, pero además habrá tres menciones especiales:
En este blog se plasma el talento que tiene la comunidad universitaria a través de la palabra escrita.
Se premiarán los 3 mejores cuentos en la temática libre, que serán elegidos por un jurado calificado, pero además habrá tres menciones especiales:
1. Sesquicentenario: se premiará el mejor cuento de esta temática, según el jurado calificador.
2.Cuentos escritos en otro idioma: se premiará el mejor cuento escrito en otra lengua, según el criterio del jurado calificado.
3. Cuento más comentado y compartido: se premiará al cuento más comentado.
Informes: 4309569
dcultura_med@unal.edu.co
lunes, 20 de marzo de 2017
Un Conjuro en la Montaña
Por Sebastian Uran Figueroa
Era el mes de
enero, había un atípico invierno y el sol brillaba por su ausencia, sucedían
cosas muy extrañas en esa parte de la cordillera. Allí había un pueblo sinónimo
de belleza, reinaban los paisajes montañosos, los gélidos aires y la gente
buena; por una de sus calles pasaba un meditabundo joven, su mirada se perdía
en el horizonte y parecía sumido en un letargo lleno de dicha.
Resulta que aquel
joven hace seis meses había conocido una dama, ella era de nobles anhelos, de
una hermosa sencillez, de dejarte una huella en las pupilas y sumirse en la más
sublime experiencia onírica; esta dama lo visitará con el objetivo de subir a
la montaña, la que siempre mira al sol, por esta razón el joven andaba en un
ensueño, donde el mundo exterior se resumía a una masa amorfa inidentificable.
Pasaron un par de
días hasta que llegó la dama que provocaba su dicha, tímidamente se saludaron
derrumbando toda expectativa y empezaron a subir la colina sin mayor objeción.
Empezó la magia.
Subieron y
subieron cruzando miradas a escondidas hasta llegar al lugar donde sus muros se
rompieron. Arboles dorados adornaban aquella llanura, los colibrís danzaban y
las orquídeas sus mundos enlazaban, estaban en el páramo y no se habían dado
cuenta pues no se dejaban de mirar.
Bajo la protección
de una roca se quieren refugiar y un bosque paramuno separaba la realidad de la
fantasía, miraron hacia el cielo y sus ojos se llenaron de una bella nostalgia.
No pasó mucho tiempo para que esto cambiara, el día se opacó, los trinos
circundantes cesaron, la neblina arropo sus cuerpos cansados y acentuaron
temores en sus corazones. Un ser antiguo de impuros sentimientos se posó en
frente de ellos los miró fijamente con la intención de transformarlos en seres
inertes y opacos; ambos se asustaron, él dejó su ego para aceptar su cobardía,
ella rompió su muro para que en su corazón él se pudiera refugiar, él le otorgó
la valentía que le quedaba y ella comprendió que no hay cosa que él por ella no
haría. Se tomaron de las manos y se marcharon al único lugar donde ese oscuro
vibrato no los alcanzaría. Sus labios…
El ser oscuro
utilizó todo su poder antiguo como la tierra y poderoso como el fuego, pero a
medida que se besaban este ente perdía fuerza, la luna surgió, la neblina había
desaparecido, el ser se desvaneció sin darse cuenta de su error, pues aunque
poderoso antiguo y oscuro olvido que la magia más antigua y poderosa es el
amor.
Power
Cuento participante en la Categoría Idiomas
Por Carlos Mario Zapata Jaramillo
Por Carlos Mario Zapata Jaramillo
I declare we only wanted the
King's crown... The King's head was a collateral damage.
domingo, 19 de marzo de 2017
El Futuro Horizonte
Por John Sebastian Pantoja Gamboa
-La
imagen está es confusa y rara - dijo Emilio -, con el ojo pegado a uno de los
lentes.
-
Trata de enfocarlo - respondió Erik -, pero mira, mira…
Se
podía ver a algo moviéndose, podía ser cualquier cosa, lo único que se sabía es
que no era nada visto jamás… De pronto se movía, de un lugar a otro, lenta y
cuidadosamente, el más mínimo movimiento este objeto desenfocaba la imagen.
- Veo
huellas extrañas, parece un…- Erik se quedó sin palabras al mismo tiempo que Emilio
aumentaba la resolución.
-
Emilio mira -, grito Erik al borde de la
locura -, Hay otra de esas cosas.
Estupefactos
observaban que no solo había un objeto sino dos y eran similares. La concentración
en el cuarto no podía ser mayor y la agitación sobresaltaba a ambos y nada se
pasaba por alto.
A
los pocos segundos, como un atardecer, la imagen se fue oscureciendo, Erik y
Emilio se observaron y con solo verse entendieron que la ventana de oportunidad
se estaba cerrando, sin perder tiempo Erik puso la máxima resolución… Pero ya
era demasiado tarde, todo se ensombreció en un negro profundo y sin vida.
Habían
visto 1,3 años atrás en el tiempo, lo que observaron era el Planeta C en el sistema
TRAPPIST 1, con el cual perdieron
contacto porque seguramente el planeta había sido ocultado por otro planeta... Tendrían
que redoblar sus esfuerzos para volver a encontrar al misterioso objeto.
FIN
Anhelo
Por Kevin Leon García Castro
Voy caminando por una acera, tal vez con dirección a mi casa. En el trayecto veo un señor
de cabello blanco, al parecer con prisa, transitando la acera opuesta con la misma dirección
a la mía. Luego recuerdo estar caminando junto a él. Me pregunta algo que no recuerdo y yo
le respondo. Cordialmente me pide acompañarlo hasta su destino, cerca al mío. Su presencia
emanaba tranquilidad. De repente, reconocí estar en un lugar cerca a mi casa y desvío mi
atención hacia una esquina en donde reconozco la figura de mi padre. Me alegré al verlo y
caminé directo hacia él no sin antes percatarme que el señor amable de cabello blanco ya no
estaba. Mi padre me apretó la mano, como de costumbre, dibujando en su rostro la sonrisa
más sincera que le conocía y que a nadie más enseñaba debido a su actitud rígida y fría. Me
apretó el hombro y me hundió contra el costado de su cuerpo, cuya figura pesada y barriga
prominente me permitía reconocerlo de lejos. Me llevó a caminar junto a él. Aunque me
sentía cansado, nunca dudé en acompañarlo y conversarle como muchas otras veces en que
solía encontrarlo en la calle, así como deambulando. A pesar de su fría expresión, inspiraba
respeto y cariño entre las personas. Mi padre, que prefería hablar más con los gestos que con
las palabras, desplegaba toda su oratoria conmigo, con sus anécdotas del campo, de sus
añoranzas de la niñez y de sus amigos. También me hablaba de negocios, de nuestra familia
y de vez en cuando hasta de ciencia. Siempre escuchaba con agrado sus historias. A veces
también discutíamos, yo le refutaba sus decisiones e ideas cerradas, mientras él las defendía
o simplemente callaba y seguía sonriendo disfrutando de mis reproches. Caminamos juntos
toda una tarde, mientras me contaba mil cosas y yo le compartía otras cuantas, ¡y cómo lo
disfrutamos! Sin embargo, siempre había visto en él una tristeza profunda de la cual nunca
quise indagarle, pero yo sé que él intuía una tristeza en mi aún más aguda, y tal vez porque
ambos nos reconocíamos esa tristeza mutuamente nunca hablamos de ella, ni siquiera esta
vez.
Al llegar a una esquina, reconozco al señor de cabello blanco que me sonríe de nuevo,
mientras poco a poco se va difuminando aquella escena…hasta que despierto.
Ahora entiendo que las letras me ayudan a inmortalizar las historias que no puedo contar en
vida a quien más necesito que las escuche. Mientras tanto, en mis sueños trataré de buscar al
hombre de cabello blanco que me ayude de nuevo a conversar con mi padre.
Animales Salvajes y Domadores, Bestias y Amos
Por Kevin Yesid Quintero Bedoya
Mira a la bestia, aquella
bestia salvaje, sin amo y sin dios, allí en medio del bosque, admira su belleza;
Acércale, mírala con ternura en tus ojos, con el látigo en tu hombro, y la
comida en tus manos; Sáciala en el comer, invítala suavemente al rectángulo de
barrotes; Sácala en tu territorio, en tu control, deja que conozca su nuevo
hogar; Enséñale a contenerse a sí mismo, en aquel rectángulo por las noches, o
cuando lo ordenes; Enséñale trucos luego, hazlo de mala gana, ello le pasa por
no dormir cuando lo ordenaste; Enséñale trucos, hazlo de mala gana, el látigo
dará perfección a su técnica; Enséñale de la caricia estridente de la energía,
enséñale del hambre paralizante, de la ridiculez innecesaria de la calma; Enséñale
del inclinarse, del acariciar sin saber para qué, de las cadenas opacas con
sangre de otros, del miedo a sí mismo y a la libertad; Muéstrale comida cuando
os plazca, no cuando la necesite, dale migajas por cumplir su labor, no sea que
contenga su hambre, como lo hacia afuera, cuando la presa era solo un lujo, y
la necesidad una normalidad; Muéstrale que resistir es alargar el cansancio, de
lo inocuo de sus tímidos intentos por escapar, muéstrale que es pertenencia, ya
no un ser vivo; Muéstrale como una figura más pequeña domina seres tan grandes,
muéstrale tu poder, muéstrale autoridad, muéstrale que el “era”, muéstrale que
ya no “es”; Pero cuidado, no vaya ser que descuides el último paso, que
recuerde de donde vino, que aun quiera volver; No vaya a ser que te desgarren
suavemente sus patas delgadas de uñas cortadas, o te aprieten sin fuerza sus
mandíbulas de colmillos arrancados; No sea que escape, que divida sus escasas
fuerzas en el hacerte retroceder, y en su escapar; Lejos de ti, con gran
lamento, puede ser visto ya, recostado en el suelo, en su bosque, con sus ojos
húmedos; Humedad de llanto, de ver al cielo, y sus magnánimos rayos de sol
entre la nubosidad, de tomar aire sin cigarrillos y carcajadas; O humedad de
unos ojos muertos, cuando la fatiga, el hambre, el tormento y la rabia aplastaron
ya la voluntad de vivir; Si, se ha ido, pero se ha ido libre, ha muerto vestido
de su naturaleza, recordada con dolor, a cada paso hacia su hogar; Lo último
que recordará, será la caricia, llena de amor infinito, indiscriminado, que le
diera allí una gota de lluvia, que bajara por una hoja verde hasta su mejilla,
antes de que su vista se perdiera por siempre entre sus troncos, sus raíces y
sus hojas, su luz y su oscuridad…
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