lunes, 6 de marzo de 2017

Whatsapp

Por Vivian Katherine Colorado Gomez

En una tarde de lluvia Marcos estaba dubitativo en la calle…
--¿En serio así comenzarás el cuento?--
Oye, no tengo ni idea de que escribir así que, hazlo tú.
--Me gustaría algo así como “Después de su suicidio Marcos recordó que le faltó una cosa por hacer… eliminar los chats de su WhatsApp”--
--“Hizo cartas largas y un tanto románticas a su mejor amiga, a sus padres y hasta a la vecina  que tantas veces lo fastidiaba poniendo música de carrilera a todo volumen a las 7:00 am los domingos. Aseó perfectamente su cuarto, acomodó su librería, sus cuadernos de la universidad y en su mesita de noche puso el reloj, la estampilla de la virgen, la billetera, el celular y la cadena de oro que le regalaron sus papás en navidad. Se metió al baño y se dio una ducha que duró más de una hora, se rasuró y se engominó el cabello, quería quedar bien elegante para la foto. Se vistió y se miró al espejo. ¡Estaba decidido a hacerlo! Repasó cada una de las líneas del bloc de notas en las que tenía su itinerario y concluyó que todo estaba bien…”.--
Me agrada, tienes más imaginación que yo y solo eres un portaminas.
--Yo solo me encargo de plasmar lo que no eres capaz de redactar así que déjame terminarlo:

“Cinco minutos más tarde, Marcos estaba dubitativo en la calle. Observaba a su alrededor. Llovía torrencialmente. Había quedado bien para la foto. ¡Muy elegante!, se dijo. Todo estaba bien hasta que recordó que el maldito WhatsApp estaba abierto, con todas sus conversaciones, y la razón verdadera por la que estaba ahí tirado. Se había delatado y lo peor era que ya estaba demasiado tarde para remediarlo…”.--

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